miércoles, 12 de octubre de 2011

JUANA DE IBARBOUROU- Poema: VIDA GARFIO


VIDA GARFIO


Amante: no me lleves, si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.


A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol me caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.


A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.


Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.


Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
yo subiré a mirarte en los lirios morados!


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ANÁLISIS DEL POEMA


Estructura externa.

El poema consta de cinco estrofas, compuesta cada una de ellas de versos alejandrinos (catorce sílabas métricas), dispuestas en los hemistiquios.
En una ocasión se prolonga en un heptasílabo.


La rima consonante domina los versos segundo y cuarto de cada estrofa, coincidiendo vocales y consonantes a partir de la última sílaba acentuada.



Estructura interna.

En este poema perteneciente a su primer libro "Lenguas de diamante" publicado en 1919, al igual que en su poema "La hora", podemos percibir como la poetisa, al dirijirse a su tú lírico, el amante, tanto usa un tono imperativo, como un tono de ruego..


Pero en este poema no es la vejez, ni siquiera la muerte lo que le preocupa, sino que su atención, su preocupación, está ocupada por la etapa posterior a su muerte.


Ese amor suyo a la vida y a la naturaleza que tanto la caracterizó es tan grande e intenso que ella imagina la vida ultraterrena como una continuación de la terrena.


Aquí Juana vuelve a manifestar nuevamente su fervorosa adhesión a la tierra, a la que percibe como material vital, engendradora siempre de nueva vida.


Pero la continuidad en el más allá sólo queda posibilitada por la fuerza del amor, por los poderes mágicos que ella percibe en él.


Es por ello que se dirije a su amante exponiéndole cuáles son las condiciones en que desea que su cuerpo descanse en la tierra.


Es así como las palabras más importantes del poema son: AMANTE y TIERRA.


En la primera estrofa, a través de las expresiones: "alboroto divino de alguna pajarera" y "encantada charla de alguna fuente", Juana nos solo nos reitera su amor por la naturaleza, sino que deja traslucir su esperanza de poder seguir oyendo las voces de esa misma naturaleza.


La primera expresión da idea de una vitalidad desordenada y tumultuosa a través del vocablo "alboroto", pero al quedar éste calificado con el adjetivo "divino", la poetisa le imprime un tono superior, una proyección más alta, porque los elementos vitales tienen su raíz en la condición divina de la vida.


¿Cómo aparece la vida?
La vida aparece encerrada en la idea de pájaros, un elemento animado, y en la de agua, un elemento inanimado al que ella le otorga nuevos y originales atributos. Efectivamente al ligar el sustantivo "charla" con el adjetivo "encantada" la poetisa nos da la proyección de algo mágico, irreal, otorgándole al agua de la fuente la posibilidad humana de hablar.


En al segunda estrofa, el tono imperativo que caracterizó a la primera se transforma en un pedido, casi como en un ruego musitado en voz baja. Porque aquí Juana le detalla a su amante, con mayor precisión aún, como desea ser sepultada: "A flor de tierra, amante. casi sobre la tierra,/ donde el sol me caliente los huesos..."
Tal vez esté en esta estrofa su máxima manifestación de vitalidad: " y mis ojos,/ alargados en tallos, suban a ver de nuevo / la lámpara salvaje de los ocasos rojos." Hay aquí, implícita, una firme vocación lumínica. Piensa que sus ojos sufrirán una metamorfosis vegetal: serán tallos. ¿Para qué? para "ver de nuevo la lámpara salvaje de los ocasos rojos".
La poetisa se vale de esa de la expresión "de los ocasos rojos" para manifestar esa vocación suya por la belleza de la vida.


Esa expresión sobre el atardecer, símbolo de algo abierto y libre, contrasta con la tierra que cubre a los muertos, representada en el cuarto verso de la cuarta estrofa con la metáfora "sombras estrujadas y prietas" que dan la idea de falta de libertad y movimiento.


Y ella quiera aún libertad de movimiento, por eso ya en el primer verso de la primera estrofa le dijo a su amante "NO ME LLEVES, SI MUERO, AL CAMPOSANTO. A FLOR DE TIERRA ABRE MI FOSA..." y en el primer verso de la segunda estrofa le reitera "A flor de tierra, amante. CASI SOBRE LA TIERRA"


Ese afán suyo de movimiento y libertad quedan patentizados en toda la cuarta estrofa:
"Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas."


En la quinta estrofa el tono verbal vuelve a ser casi imperativo: "Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen/ en la greda amarilla de mis huesos menguados./ ¡Por la parda escalera de las raíces vivas/ yo subiré a mirarte en los lirios morados!".


Todo ese interés de supervivencia, traducido en su afán de transformarse toda ella en un elemento vegetal para aflorar a la superficie de la tierra tiene aquí un único objetivo, el mirar de nuevo al ser amado.


EL AMOR ES AQUÍ EL MÓVIL DE LA SUPERVIVENCIA.


Y, a su vez, el amor está presentado como la única fuerza capaz de vencer el poder de la muerte.


Amor y tierra son las dos manifestaciones de la libertad del alma que, nuevamente en la tierra, por la condición implícita de ésta (capacidad de engendrar nueva vida), habrá de poder seguir amando.

miércoles, 5 de octubre de 2011

JUANA DE IBARBOUROU-Poema "LA HORA"




Poema: LA HORA


Tómame ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.


Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.


Ahora que tengo la carne olorosa,
y los ojos limpios y la piel de rosa.


Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.


Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida a prisa.


Después...¡oh, yo sé
que ya nada de eso más tarde tendré!


Que entonces inútil será tu deseo,
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.


¡Tómame ahora que aún es temprano
y que tengo rica de nardos mi mano!


Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.


Hoy, y no mañana. ¡Oh amante! ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?

domingo, 25 de septiembre de 2011

POETAS URUGUAYOS- Juana de Ibarbourou.- Biografía-Obra literaria-Análisis de su obra

JUANA DE IBARBOURU.



Biografía:

Popularmente más conocida como "Juana de América", Juana de Ibarbouru es el seudónimo artístico adoptado por Juana Fernández Morales, a partir de su matrimonio con el capitán Lucas Ibarbouru.

Juana Fernández Morales nació en Melo (capital del dpto. de Cerro Largo) en la República Oriental del Uruguay, el 8 de marzo de 1892; ello no obstante Juana siempre afirmó haber nacido en 1895.

Fueron sus padres: Vicente Fernández, empleado municipal, nacido en Lorenzana /(provincia de Lugo), en Galicia, España; y, Valentina Morales, oriental, hija de una de las familias españolas más antiguas en Uruguay.

Vivió en Melo hasta sus 18 años. De esa existencia melense Juana nos dejó este testimonio: "...Fue mi paraíso al que no he querido volver nunca más, para no perderlo; pues, no hay cielo que se recupere ni edén que se repita. Va conmigo, confortándome en las horas negras..."

Idealización literaria de una niñez que no parece haber sido tan paradisíaca.
Su padre abandonó el hogar cuando Juana era aún muy niña y, ella sola acompañó el sufrimiento de su madre, hasta el fallecimiento de ésta.

Solamente cursó estudios primarios; en un colegio privado religioso, primero, y finalmente en la escuela pública, debiendo completar su formación académica de forma totalmente autodidacta.

Publicó sus primeros poemas en su ciudad natal, en "El deber cívico", "El nacionalista" y otros periódicos.

Tras un primer romance de ribetes trágicos, se enamoró de Lucas Ibarbouru, con quien contrajo matrimonio en Melo, el 28 de junio de 1915.

En 1917 nace el único hijo de este matrimonio: Julio César Ibarbourou Fernández.


Como consecuencia de la movilidad funcional a la que estaba sometido su esposo, la pareja vivió sucesivamente en Rivera, Tacuarembó, Rocha, Canelones y finalmente en Montevideo, en 1918, ciudad a la que en un principio le costó cierto trabajo el adaptarse, aunque finalmente la llamaba "mi ciudad".

A partir de su matrimonio, Juana Fernández Morales comenzó z firmar sus escritos con el nombre de: Jeanette D`Ibarbouru.

A partir de 1918 se comienza publicar poemas suyos en "La razón", de Montevideo, donde Vicente Salaverri los consagra como "La revelación de una extraordinaria poetisa".

En 1919 se produce en Buenos Aires, con prólogo de Manuel Galvez, la primera edición de un libro suyo de poemas "Las lenguas de diamante".

En 1920 se publica en Montevideo "Poesías escogidas" y la primera edición de "El cántaro fresco".

El 10 de agosto de 11929, en un acto de reconocimiento a su labor literaria, Juan recibi en el Palacio KLegislativo, en acto presidido por Juan Zorrilla de San martín, y en el que interviene además, Alfonso Reyes, el título de "Juana de América".

En 11931 recibe la Orden Universal del Mérito Humano, en Ginebra.

En 1932, muere su padre.

En 1935, en mérito a su obra le es concedida la Medalla de Oro de Francisco Pizarro.

En 1937 recibe del gobierno de Bolivia, la Orden del Cóndor de los Andfes.

En 1938, del gobierno del Perú, la Orden del Sol. Ese mismo año parcipa en los Cursos Sudamericanos de Vacaciones, en Montevideo, junto a Alfonsina Storni y Gabriela Mistral. Ocupa, a su vez, la Vicepresidencia del P.E.N. de Montevideo.

En 1942 muere su esposo, el mayor Lucas Ibarbourou.

En 1945 recibe el primer premio otorgado por el Ministerio de Instrucción Pública del Urugua y se le otorga la medalla de oro.
Por otra parte el Estado resuelve la adquisición de los derechos de propiedad literaria de su obra editada en verso y en prosa y de tres inéditas.

En 1946, Bélgica le otorga la Cruz de Comendador del Gran Premio Humanitario.

En 1947, ingresa a la Academia Nacional de Letras, como miembro de número, y recibe la medalla de oro de la misma.

En 1949, muere su madre.

En 1950, ocupa la Presidencia de la recién fundada Asociación Uruguaya de Escritores.

En 1951, la ciudad de México la declara Huésped de Honor Permanente, y le entrega su medalla de oro. Ese mismo, Cuba le confiere la Orden Carlos Manuel de Céspedes.

En 1953, es designada "Mujer de las Américas", y viaja a los Estados Unidos dce Norte América.

En 1955,el Instituto de Cultura Hispánica de Madrid la premia por su obra.

En 1959, se le concedió el Gran Premio Nacional de Literatura, otorgado por primera vez.

En 1968, recibe del gobierno de Bolivia, la Orden al Mérito. En otro orden, el Estado uruguayo resuelve devolverle los derechos de autor que antes le había adquirido.

Falleció en Montevideo el 15 de julio de 1977. Fue velada en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo. El gobierno dispuso un día de Duelo Nacional y que en su entierro se le tributaran honores de Ministro de Estado, distinción conferida por primera vez a una ciudadana uruguaya.


LA OBRA DE JUANA DE IBARBOUROU.

Aunque "Juana de América" se incicia como poetisa, ella es autora de una diversificada obra literaria que abarca distintos géneros: poemas, narraciones,reflexiones religiosas, semblanzas, literatura para escolares, teatro para niños.

En 1918 es editado en Buenos Aires su primer libro de poemas: "Las lenguas del diamante"; aquí ya es posible percibir rasgos esenciales del "erotismo fresco, riente y coqueto" de sus poemas marcados claramente por el modernismo de la época.

En 1920 se publica "El cántaro fresco", obra en prosa, y en 1922 su libro de poemas titulado de "Raíz Salvaje"; ambas obras consagratorias muestran claramente su mundo literario teñido de naturalismo, con una inspiración sensual, fresca y jubilosa, a la vez que exhibe un lenguaje inclinado a la sencillez, la musicalidad y la seducción.

En 1924 publica "Páginas de literatura contemporánea" y, en 1927 "Ejemplario", tratándose de libros de lectura para escolares.

En 1930, se publica, "La rosa de los vientos" libro, que parece ser un paréntesis de experimentación.

En 1934 se edita "Loores de Nuestra Señora" y "Estampas de la Biblia"; en ellos aparece una muestra de claro misticismo.

En 1944, primera edición en Buenos Aires, de "Chico Carlo".

En 1945, se publica la primera edición de "Los sueños de Tanacha", obra de teatro para niños.

En 1945, también, Juana escribe "Semblanzas biográficas: Roosevelt, Sarmiento, Martí."

En 1950 se publica un conjunto de poemas bajo el título de "Perdida"; escritura que, a contramano de su fama en ascenso, trasunta una melancolía que la embarga a partir de su madurez y en especial a las repercusiones de una serie de dramas íntimos, consecuencia de las muertes de sus seres queridos, y de la consecuente soledad que ya la ronda.

En 1953 se publica "Azor".

En 1955, se edita "Romances del destino".

En 1956, publica "Oro y tormento".

En 1958, edita en Buenos Aires, en colaboración con J. Pereira Rodríguez, "Canto rodado".

En 1968, se publica en Buenos Aires "La pasajera".

En 1971, se edita un conjunto de narraciones bajo el título de "Juan Soldado".



ANÁLISIS DE SU OBRA.

Con Juana de Ibarbourou se afirma en nuestro Uruguay un movimiento de aproximación a la realidad, fenómeno similar que caracteriza a toda la literatura latinoamerica de su época.

Desde su comienza Juana muestra una profunda inserción en lo natural, en una suma de elementos verídicos y verificables, los mismos que cualquier persona descubre en su entorno.

En "Lenguas de diamante" la naturaleza, desde el inicio, es presentada como en una gran escenografía.

Progresivamente todo el mundo extremadamente natural se ve tocado por lo doméstico; la naturaleza se hace más íntima, como si fuera una acogedora, dulce y gobernable alcoba.

Por su parte, los elementos escogidos determinan ellos mismos el empleo de un lenguaje de total accesibilidad.

Juana, en "Lenguas de diamante" se halla aún levemente influenciada por los aspectos exóticos que había impuesto el modernismo. Pero, a pesar de ello, "Lenguas de diamante" no hace sino mostrarnos el ámbito agreste en que se desarrolló su niñez y su adolescencia, y en ese mapeo Juana va dejando atrás el exotismo modernista.

El propio libro en prosa " Cántaro fresco" nos sigue mostrando ese mismo clima de intimidad y ternura, de amor por las cosas más nimias, donde la naturaleza es mostrada con un lenguaje claro y totalmente sencillo.

Pero, en "Raíz salvaje", la feminidad exultante de Juana muestra un cambio de ámbito; la poetisa se ha refugiado en el hogar, tal como expresan los elementos más próximos. Aquí Juana trasluce un cambio de ánimo, consecuencia de esa vida en el hogar, donde el amor conyugal no logra compensarla de una cierta sensación de abatimiento, de encierro.

Pero, aparte de esas respuestas diferentes a realidades tan distintas, entre "Lenguas de diamante" y "Raíz salvaje" existe una continuidad, una unidad de inten ción, de tono, e incluso de proximidad de sentido, Ambos son libros de una poesía hipeervital, neorromántica, en los que, por encima de la búsqueda de novedades expresivas o de discusión de las formas lo que prima es la confianza en los impulsos íntimos del creador, dándose una abierta expresión de una sana sensualidad, fuente de alegrías y de tristezas.

Heredera de un vocabulario impuesto por el modernismo, Juana mostró una crecientye independencia creadora, cantando al amor total, se aparta de maneras que habían dado ya sus frutos, para precisar su peculiaridad: humanidad, frescura, y una poco frecuente espontaneidad.

Entre 1930 y 1950 Juana no publica ningún libro de poesías, como si aquel desafortunado experimento -no exento de valor, pues muestra una búsqueda de cauces nuevos para su expresión literaria en busca de nuevas formas- que fue "Rosa de los vientos" hubiese sólo sido un paseo de metáforas en una aceleración fulminante que terminó por agotar su creatividad.

Tanto los "Loores de Nuestra Señora" como "Estampas de la Biblia" son libros que responden a su esquema espiritual de católica practicante; son obras místicas enriquecidas de expresiones estéticas.

No obstante ello, en "Chico Carlo", editado en 1944, hay un renacer de aquella frescura que caracterizó sus creaciones más juveniles. Se trata de una serie de cuentos, ligados por tema y tono,que presentados como las vivencias de Susana, no hacen sino reconstruir el mundo de su propia niñez: un pueblo de campaña, humilde y verídico, con personajes creibles e iluminado por la presencia de la madre. Juana ha recobrado la naturalidad: las anécdotas, escasas puesto que corresponden a un mundo sencillo y de escasos acontecimientos significativos estás relatadas en un lenguaje en el que las metáforas no abruman. Todo está embargado por una melancolía suave nacida de la constante presencia del adulto que, en su narración, va yendo y viniendo entre su actual mundo, duro por lo escaso de los sueños y aquel pasado de sencilla felicidad.

En definitiva, a través de toda su obra, Juana no deja de ser fiel a ciertos temas: ansia de libertad, anhelo de vida natural, el amor, el deseo de cortar amarras, la fugacidad de la vida, el sacrificio por el ser amado, la muerte, el destino final.

Tal vez el tema de la fugacidad de la vida es aquel que mejor pueda rastrearase a través de su obra; tal vez su misma condición de mujer constreñida por la sociedad de su época, viendo cómo debe dejar escapar oportunidades personales que no han de repetirse más adelante, su preocupación por una juventud que se va demasiado rápido, sin haberla podido aprovechar como deseaba. Y finalmente, asomará la soledad, aunque en "Perdida" su tratamiento será más indirecto, abundando en suterfugios a través de palabras de doble significación.

Las nuevas corrientes literarias se hacen sentir en Juana, y ello se percibe en el análisis detallado de toda su obra, en donde la poetisa muestra su ductilidad sin dejar de mantener su originalidad.


Poema: LA HORA



TÓMAME ahora que aún es temprano
y que llevo dalias nuevas en la mano.


Tómame ahora que aún es sombría
esta taciturna cabellera mía.


Ahora, que tengo la carne olorosa,
y los ojos limpios y la piel de rosa.


Ahora que calza mi planta ligera
la sandalia viva de la primavera.


Ahora que en mis labios repica la risa
como una campana sacudida a prisa.


Después...¡oh, yo sé
que nada de eso más tarde tendré!


Que entonces inútil será tu deseo
como ofrenda puesta sobre un mausoleo.


¡Tómame ahora que aún es temprano
y tengo rica de nardos la mano!


Hoy, y no más tarde. Antes que anochezca
y se vuelva mustia la corola fresca.


Hoy, y no mañana. Oh, amante, ¿no ves
que la enredadera crecerá ciprés?


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Poema: VIDA-GARFIO


AMANTE: no me lleves si muero, al camposanto.
A flor de tierra abre mi fosa, junto al riente
alboroto divino de alguna pajarera
o junto a la encantada charla de alguna fuente.


A flor de tierra, amante. Casi sobre la tierra,
donde el sol caliente los huesos, y mis ojos,
alargados en tallos, suban a ver de nuevo
la lámpara salvaje de los ocasos rojos.


A flor de tierra, amante. Que el tránsito así sea
más breve. Yo presiento
la lucha de mi carne por volver hacia arriba,
por sentir en sus átomos la frescura del viento.


Yo sé que acaso nunca allá abajo mis manos
podrán estarse quietas.
Que siempre como topos arañarán la tierra
en medio de las sombras estrujadas y prietas.


Arrójame semillas. Yo quiero que se enraícen
en la greda amarilla de mis huesos menguados.
¡Por la parda escalera de las raíces vivas
yo subiré a mirarte en los lirios morados.


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Poema: MILLONARIOS


TÓMAME de la mano. Vámonos a la lluvia
descalzos y ligeros de ropa, sin paraguas,
con el cabello al viento y el cuerpo a la caricia
oblicua, refrescante y menuda del agua.


¡Que rían los vecinos! Puesto que somos jóvenes
y los dos nos amamos y nos gusta la lluvia,
vamos a ser felices con el gozo sencillo
de un casal de gorriones que en la vía se arrulla.


Más allá están los campos y el camino de acacias
y la quinta suntuosa de aquel pobre señor
millonario y obeso, que con todos sus oros,


no podría comprarnos ni un gramo del tesoro
inefable y supremo que nos ha dado Dios:
ser flexibles, ser jóvenes, estar llenos de amor.